Atlas De Glaciares y Aguas Andinos

de agua se incluyen las micropresas rústicas o atajados. Una micropresa rústica es un embalse artificial que, por lo general, se construye en una depresión natural en el lecho de un río estacional o sobre el suelo. Estas presas de tierra compactada se construyen para recoger y almacenar el agua de lluvia que fluye en la superficie, o de una fuente de agua próxima (Santa Cruz Cárdenas et al., 2008; Goetter y Picht, 2010). Las presas almacenan el agua para el regadío y también promueven su infiltración y la recarga de los acuíferos, lo que permite mantener los humedales y los manantiales de las tierras bajas (Zeisser et al., 2013). Debidoaquepara la construcciónde lasmicropresasy losatajados se utilizan materiales locales, no requieren una gran inversión. No obstante, es necesario contar con conocimientos especializados y experiencia para ubicar de forma adecuada la estructura y construir muros de retención que sean lo suficientemente estables para evitar su colapso durante la estación lluviosa. Es importante que se implique de forma activa a las comunidades locales en el desarrollo de estrategias de adaptación, como son las técnicas de captación de agua. La probabilidad de que la estrategia de adaptación se adopte y se tome como propia es mayor si se emplean métodos ancestrales locales. Mejora del suministro y la eficiencia del agua Mejorar el uso y el suministro eficaz del agua cobrará más importancia con el cambio climático y el aumento del estrés hídrico. Entre los factores que deben tenerse en cuenta no solo se incluye el uso del agua, sino también la cantidad, la calidad y la oportunidad del suministro de agua (Moench yStapleton, 2007). Un primer paso importante consiste en examinar los usos e identificar las formas de reducir la dependencia del agua (demanda de agua) y evitar ajustar o “malgastar” los recursos hídricos cuando no es necesario. Una importante medida de adaptación consiste también en incluir medidas destinadas a reducir la cantidad de agua dulce necesaria mediante el reciclado y la reutilización del agua, incluidos los sistemas de tratamiento. Para ciertos fines es posible reducir la demanda de agua de gran calidad mediante la reutilización o el reciclaje. En 2017, el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) de las Naciones Unidas indicó que aproximadamente el 80% de las aguas residuales mundiales son vertidas en el medio ambiente sin tratar. En lugar de considerarse una carga para el medio ambiente y la salud humana, si se tratan adecuadamente, las aguas residuales representan un recurso hídrico todavía sin explotar. El suministrode agua en las ciudadesy laszonasurbanas, en especial aquellas a gran altitud, constituye una importante preocupación en la región andina. Los recursos hídricos de las principales ciudades, como son La Paz, El Alto y Quito, se ven sometidos a una presión cada vez mayor debido al crecimiento de la población y el cambio climático (Buytaert y Bièvre, 2012). Es necesario adaptarse a estas dificultades, mediante una mejor infraestructura para la gestión del agua, el refuerzo de las instituciones y la planificación de una gestión integrada y participativa de los recursos hídricos. Para ello será fundamental reducir la pérdida de agua de las infraestructuras

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